El estrés del instante decisivo

Me gusta mucho la fotografía de calle, pero la que yo llamo “calle-calle” y que en inglés se llama Candid Photography. En este tipo de fotografía el fotógrafo no interactúa con el sujeto fotografiado para que la foto pueda capturar la esencia real de la vida en la calle. El sujeto o sujetos no se dan cuenta de que van a ser fotografiados y la escena es real y no preparada ni alterada. No hay sonrisas, no hay miradas cómplices, no hay conexión entre fotógrafo y la persona retratada. Falta algo, dirían los que gustan de ese contacto con la gente.

Mi opinión es distinta. Yo quiero retratar la vida que existe sin que yo la altere y desearía ser invisible o que mis ojos fueran la cámara para pasar lo más desapercibido posible y que la vida de la gente siguiera su curso normal, mientras yo capturo esos instantes que son decisivos por los pocos segundos que duran y por que no se van a volver a repetir y, en los que el destino ha juntado un momento la linea de mi vida con la del extraño al que puedo o no capturar en mi imagen.

Es precisamente eso, el estrés causado por el miedo a que ese instante irrepetible se pueda perder para siempre, lo que crea la esencia de esta serie de fotos realizadas en las estrechas calles de Benarés, realizadas andando deprisa, con un gran angular y sin apuntar. Parece que el tiempo y el espacio se rompen, estallan, se pliegan al contacto de nuestras líneas de la vida ese minúsculo instante.