Ya puestos, con la posibilidad del viaje virtual, nos hemos dado una vuelta por el parque al lado de casa, que vemos desde nuestra ventana. Y para rizar el rizo lo hemos hecho en 3D. Para vernos bien hace falta ponerse unas gafas con cristales rojo y azul y con ellas se puede ver que no estamos en el parque.

Con tanto estar enclaustrados, nos falta poco para vivir en vainas y tener una vida solo virtual, como en Matrix. Somos engañados y manipulados, pero ¿quién se atreve a tomar la pastilla roja?.

¿Nos diferenciamos tanto de las máquinas? Impresionante trabajo de alvi.